Nuevamente, regresa a la escena política, la ex Presidenta, Cristina Kirchner. En esta oportunidad se reunió con 7 gremialistas que le responden a ella. Lo que se evidenció luego de este cónclave son las grandes diferencias que hay dentro de la Confederación General del Trabajo (CGT).
De por si, esta reunión se mantuvo en secreto y sucedió el pasado viernes. Allí asistieron: Sergio Palazzo (La Bancaria), Mario Manrique (SMATA), Abel Furlán (UOM), Vanesa Siley (Judiciales), Norberto Di Próspero (APL- Empleados Legislativos), Carlos Ortega (Empleados de ANSES) y Carlos Minucci (Personal superior de Empresas de Energía).
Uno de los invitados fue Pablo Moyano (Camioneros), pero a último canceló dicha invitación para evitar subir más la interna dentro de la central obrera.
Recordemos que Moyano es un “aliado táctico” de la ex Presidenta y de su hijo Máximo. Esto lo confirmó la semana pasada cuando el ala dialoguista de la CGT mantuvo una reunión con el secretario de Trabajo, Julio Cordero. Entre tanto, el líder del gremio de Camioneros profundizó la crisis y exigió un nuevo paro general contra el Gobierno de Javier Milei, luego de encontrarse con su par de ATE, Rodolfo Aguiar, quién además es uno de los enemigos N°1 del líder de UPCN, Andrés Rodríguez. Cabe destacar que entre ambos hay una disputa palmo a palmo por la representación de los Trabajadores Estatales.
Esto se convirtió para los sindicatos díscolos en un gesto de respaldo en medio de la voraz interna que hay en el movimiento obrero. A su vez, hay una demostración clara de que la ex Presidenta quiere meterse de lleno en la pelea de la CGT y de algún modo “ordenar” al sindicalismo tradicional.
Un paro que no está confirmado
Previo a la reunión de este último viernes, Cristina mantuvo un encuentro también en secreto con Manrique y Palazzo en el Instituto Patria, en el que se pactó romper “la pasividad de la CGT”, y batallar arduamente contra el Gobierno de Javier Milei. De ese contacto, aseguran desde el ala dialoguista de la central obrera, que se le sugirió a Pablo Moyano diferenciarse de aquellos gremialistas complacientes con el Ejecutivo y exigir un nuevo paro general, cuando esto aún no se definió en el Consejo Directivo cegetista.
Cabe destacar que el ala dialoguista de la CGT la componen (Héctor Daer de Sanidad; Gerardo Martínez de la UOCRA; Andrés Rodríguez de UPCN y José Luis Lingeri de Obras Sanitarias), y todos ellos sostienen que la postura desafiante de Pablo Moyano de posar con Aguiar y coincidir en que hay que hay que ir a una nueva huelga general fue pedido de Cristina y apunta a profundizar la grieta en el movimiento obrero, justo cuando los dialoguistas intentan acercarse al Gobierno.
El ala moderada de la CGT sostiene que Pablo Moyano está “jugando políticamente”, porque antes de reunirse con Aguiar había mantenido un encuentro con otros co-Titulares de la CGT, en el cuál acordaron avanzar en el diálogo con el Gobierno, y realizar una reunión ampliada de la “Mesa Chica” de la central obrera para formalizar esa resolución, que implica postergar un nuevo paro general. Allí, los presentes ratificaron que Moyano no objetó ese curso de acción.
El peso del ala dialoguista de la CGT
Por otro lado, el sector dialoguista de la CGT le hizo un “guiño” al Gobierno Nacional al enviar 17 representantes a una mesa de diálogo tripartito sobre la formación laboral y empleo que convocó Cordero. Para la interna sindical, la noticia fue la presencia del gastronómico Argentino Geneiro, quién es además el secretario de Capacitación y Formación Profesional del movimiento obrero, pero el detalle es que solo pudo haber ido con el OK del secretario General de UTHGRA, Luis Barrionuevo, quién regresó a tu tono “moderado”.
La reunión en la secretaria de Trabajo se venía diagramando en secreto desde hacia unas semanas entre Cordero y Gerardo Martínez, el “cerebro” del ala dialoguista del movimiento obrero, donde se busca que la central obrera sea recibida por el Jefe de Gabinete, Guillermo Francos o la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, para descomprimir la tensión y evitar un nuevo paro general.
Por último, la fuerte apuesta de Cristina de meterse de lleno en la interna de la CGT, implica que los díscolos que le responden a ella y a Pablo Moyano reforzará su embestida contra la estrategia de los dialoguistas de reanudar justamente el diálogo con el Gobierno y frenar el plan de lucha de la central obrera.
