Hace una semana la Confederación General del Trabajo (CGT) realizó el segundo paro general contra el Gobierno de Javier Milei, pero pese a las fricciones y tensión el movimiento obrero quiere retomar las negociaciones con el Ejecutivo. De hecho, hay una especie de “tregua”, ya que en los últimos días, distintos referentes gremiales conversaron con líderes libertarios.
Vale decir que el sábado pasado hubo una foto que compartieron el ministro del Interior, Guillermo Francos con el líder de la UOCRA, Gerardo Martínez, lo que en pocas palabras significaría una “barajar y dar de nuevo” entre el Ejecutivo y la central obrera. Es más, lo confirmaron distintas fuentes sindicales. Del mismo modo, el funcionario deslizó la posibilidad de invitarlos al “Pacto del no sabemos cuando se firma”.
“Si quieren a la CGT en el Pacto, nosotros lo vamos a analizar”, sostuvo un importante dirigente de la CGT. En contraste, algunos líderes sindicales desconfían de esta invitación: “el paro no fue por un reclamo sindical, fue una acción directa contra el Gobierno”, dijo el Presidente, Javier Milei el pasado domingo al diario El Mercurio de Chile.
Es más, esta semana hubo una reunión de la “Mesa Chica” del movimiento obrero, en la cuál analizaron el impacto de la medida de fuerza. De igual modo, el paro tuvo un alto acatamiento, ya que se adhirieron los gremios del transporte, a pesar de que hubo comercios que abrieron, las calles estuvieron vacías. El Gobierno precisó que se perdieron 520 millones de dólares.
¿El tercer paro general?
Los sectores mayoritarios del movimiento obrero, más precisamente los “Gordos”, liderado por Héctor Daer y los “Independientes” comandado por Martínez, Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) tratan de contener a aquellos sectores más combativos, comandado por Pablo Moyano y recientemente, el líder de UTHGRA, Luis Barrionuevo, quién desde hace algunas semanas mantiene una dura disputa con el Gobierno, por el control del gremio gastronómico porteño, que además insiste en hace una nueva medida de fuerza.
En contraste, el ala dialoguista del movimiento obrero busca reencausar el diálogo con el Gobierno, esperando la definición por el tratamiento de la ‘Ley Bases’ en el Senado. “Con el paro del otro día, planteamos la preocupación de la sociedad, porque las medidas económicas que está tomando el Gobierno está generando un feroz ajuste y una brutal recesión, lo que genera la destrucción del país”, dijo un importante dirigente gremial. Entre tanto, otro referente sindical precisó: “advertimos los daños colaterales de esta política de ajuste. De igual modo, queremos dialogar con el Gobierno porque queremos resolver algunas temas”.
La crisis en las obras sociales sindicales
Es más, ya se dijo anteriormente que hay un acercamiento entre el Gobierno y la CGT, que por supuesto va más allá de la foto entre Francos y Martínez. De manera discreta, algunos líderes sindicales inició la semana pasada conversaciones con la Superintendencia de Servicios de Salud, que preside el ex titular de OSDE, Gabriel Oriolo, por los fondos de las obras sociales sindicales.
Las reuniones continuarán la próxima semana y será encabezada por Lingeri, como representante de la CGT. En ese sentido, se busca avanzar en la distribución de los recursos del Fondo Solidario de Redistribución (FSR), que está solventada por una parte de los aportes de los trabajadores y la otra parte los empleadores, y cuyo objetivo es asistir a las prestadoras sindicales en el financiamiento de los tratamiento de alta complejidad. Pero, en el último tiempo, casi el 90% de los recursos del FSR se destinaron al financiamiento de los gastos de transporte y educación de personas con discapacidad. Situación que agudizó la crisis de las obras sociales sindicales.
El recorte de fondos por parte del Gobierno de Javier Milei
Por último, la CGT busca que el Gobierno destrabe nuevos recursos para el pago del gasto de discapacidad, de forma tal de liberar los fondos del FSR para su fin original: “hay voluntad, esperemos llegar a un acuerdo”, dicen desde la cúpula de la central obrera. Sin embargo, temen que ocurra lo mismo que sucedió bajo la administración de Alberto Fernández y Sergio Massa como ministro de Economía, en el cuál lograron incluir en el Presupuesto una partida específica de $132.000 millones para costear los rubros de discapacidad por fuera de dicho fondo, pero hasta diciembre del año pasado, cuando culminó el Gobierno peronista, sólo se transfirieron $70.000 millones.
Más allá de que esos recursos estaban presupuestados, la gestión de Milei suspendió en enero de este año su distribución y en simultáneo recortó a las obras sociales sindicales otros $5.000 millones que corresponden al Programa SUR, que subvenciona los tratamientos de alta complejidad.