Todos los días el peronismo suma nuevos capítulos a la interna. La semana pasada el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof comenzó a diagramar su armado nacional de cara al 2027, para ser una alternativa a las política de ajuste del Gobierno de Javier Milei. El Mandatario Bonaerense lanzó su candidatura presidencial de manera implícita en un acto que organizó su espacio Movimiento Derecho al Futuro (MDF) en Ensenada. Es más, dijo lo que ya se rumoreaba desde hacía mucho tiempo, será candidato a Presidente en el 2027.
Previo a las fiestas navideñas, el portal Infobae accedió a un documento que da los nombres que acompañarán a Kicillof en la expansión del MDF a nivel nacional y en la consolidación del mismo (MDF) en la Provincia de Buenos Aires. Allí aparece el Intendente de La Plata, Julio Alak; dos históricos del peronismo como Julio Pereyra y Alberto Descalzo; el ex ministro de Educación, Alberto Sileoni y los funcionarios actuales de su Gabinete Andrés Larroque, Gabriel Katopodis, Carlos Bianco y Cristina Álvarez Rodríguez.
De igual modo, el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires cierra su año a “modo acelerador”. Es más, cada vez más se aleja de Cristina Kirchner, mientras que La Cámpora lo cuestiona fuertemente. Hay que decir que, la semana pasada hubo incidentes en Municipios donde los Jefes Comunales responden al cristinismo duro; Quilmes y Lanús y los dos Gobiernos locales apuntaron contra el Gobernador Bonaerense.
Kicillof finge demencia
De hecho, lo hicieron vinculándolo a través de los dirigentes de su espacio, como el caso de Agustín Balladares, uno de los alfiles del MDF en Lanús. Mientras que desde el Gobierno Provincial afirman que nada les sorprende ni los horroriza. Indican que ya no hay vuelta atrás en la relación con el cristinismo duro. Por el momento hay una relación por conveniencia y necesidad. Nada más.
Kicillof hace oídos sordos y no responde a las críticas. Es más, en las contiendas con los referentes de La Cámpora, él (Kicillof) es un tiempista, ya que mide su tiempo y se hace oír, sea como sea. A veces habla él y otras lo hacen referentes de su espacio. En esa oportunidad, omitió acusaciones y prosiguió.
Entre tanto, el Gobernador Bonaerense diagrama su armado nacional y la ex Presidenta Cristina Kirchner sufre su propia interna, con ella internada en el Sanatorio Otamendi, intervenida quirúrgicamente por un cuadro de apendicitis con peritonitis localizada, que eso derivó en una complicación post operatoria. Y en esa misma semana que Kicillof confirmó su armado nacional, Mayra Mendoza y Juan Grabois se acusaron mutuamente.
La Intendenta de Quilmes le dijo al referente social que fomenta la violencia, como consecuencia de los piedrazos que hubo frente al Consejo Deliberante quilmeño y este (Grabois), le respondió que ella (Mendoza) apoyó la represión policial de esos manifestantes y que está dejando a gente sin trabajo. El quid de la cuestión radica en una ordenanza municipal que permite ordenar el estacionamiento medido en la Ciudad del sur del conurbano bonaerense.
La pelea entre Mayra Mendoza y Juan Grabois
“Hace negocio con la marginalidad. Quieren seguir manteniendo el ingreso informal”, sostuvieron desde Quilmes. “En la antesala de Navidad sacaron a 120 laburantes de la calle y le dieron el curro a una sola empresa”, indicaron desde las organizaciones sociales donde Grabois pisa fuerte. La pelea ocurre bajo el paraguas de Cristina, que hoy está convaleciente.
Todo parece indicar que la cancha se está corriendo para el lado de Kicillof. En primer lugar, gran parte del peronismo bonaerense se encolumnó detrás de su espacio, MDF, olfateando que el poder futuro puede estar en la figura del Mandatario Bonaerense. A esta altura del año, es la cara más visible para el 2027. Pero falta mucho todavía. Todo puede cambiar. Es más, en el kicillofismo son cautelosos y generalmente dicen que Kicillof puede ser candidato en el 2027 o, tal vez más adelante. El momento y el contexto serán claves.
Sin embargo los últimos movimiento tienen que ver con ganar poder en el terreno político del peronismo. Una parte del kicillofismo quiere comandar el PJ Bonaerense a partir de marzo del que año que viene. De hecho, en la última reunión del Consejo partidario se acordó un pacto en unidad, pero los márgenes son acotados.
Por otro lado, en la reunión que se hizo el pasado viernes en la sede del Partido Justicialista (PJ), en Matheu 130, se acordó el cronograma electoral, el padrón electoral y el reglamento de la elección. Según lo que reconstruyó este portal (Infobae), Máximo Kirchner le dijo a los representantes de Kicillof que no tenía problema en que sume sus apoderados del MDF. Lo que significaría un guiño hacia la unidad.
La jugada de Kicillof
Y es que el espacio de Kicillof de ir de menos a más, para así fortalecer al Gobernador Bonaerense. En primer término, el MDF debe ganar la batalla de renovación de autoridades bonaerenses. Es por eso que no les da igual cuál es el nombre y el apellido que ocupe ese lugar. Si gana el cristinismo duro, el impacto político sería enorme para el plan electoral del Mandatario Bonaerense.
Pero no solo hay señales de distanciamiento de Kicillof para con Cristina, sino de los propios Gobernadores peronistas. Buscan recuperar protagonismo en la toma de decisiones y en el juego parlamentario, van en detrimento del poder de influencia de la ex Presidenta. No hay comunión porque ya no hay un espacio político coordinado a nivel nacional.
Ya a partir del 2026, no solo buscarán tener más influencia, sino que también comenzará a perfilar sucesores. Sin duda que el 2026 va a ser un año importante para la construcción de los armados políticos provinciales, más que nada teniendo en cuenta que muchos de ellos tienen delfines por los que apuestan y deben fortalecer sus esquemas internos para discutir poder con sectores del kirchnerismo.
Por último, el peronismo enfrenta un momento clave para su armado nacional. Un momento de definiciones y de contiendas internas. Un momento de roces constantes que desnudan la necesidad de una conducción nacional que alinee voluntades.
