Tras un arduo debate que duró ocho horas, el Senada pasadas las 21 horas aprobó el Presupuesto 2026, y por esa razón, el Gobierno de Javier Milei puede mostrar un triunfo clave en el mercado y los Estados Unidos. Como se mencionó anteriormente, la Cámara Alta sancionó la “Ley de Leyes” con 45 voluntades, 25 votos en contra y 1 abstención. Sin embargo, ahora en febrero; si hay Extraordinarias o en marzo en el período ordinario, el Senado tendrá que debatir la reforma laboral.
En general, este proyecto obtuvo 45 votos a favor, y le faltaban tres votos más para los dos tercios, debido a que estaban todos presentes, 25 en contra y 1 abstención como ya se dijo. Pero acá lo más importante fue la votación en particular, donde aprobaron todos los capítulos, incluido el capítulo dos, donde estaba incluido el Artículo 30, cuestionado por la oposición y algunos Legisladores de la Unión Cívica Radical (UCR) que no acompañaron, que significó un recorte a la educación, defensa y ciencia y tecnología. La misma obtuvo 42 votos a favor, 28 en contra y 2 abstenciones.
La sorpresa de los Senadores peronistas
Pero para tener una idea de lo que sucedió con este capítulo dos hay que sumar a los 20 Senadores de La Libertad Avanza (LLA), los 10 de la UCR, tres del PRO y un puñado de Legisladores de bloques provinciales. En ese sentido, fue más sorpresa por romper con la orden de Cristina Kirchner de los Senadores peronistas Guillermo Andrada (Catamarca), Sandra Mendoza (Tucumán) y Carolina Moisés (Jujuy). Esto mismo se repitió, con algunas objeciones en el capítulo dos y sucedió lo mismo en particular. Sin embargo, la Legislador que se abstuvo en todo fue la disidente peronista Alejandra Vigo (Córdoba), y a esos hay que decir que también lo hicieron en un par de secciones de la normativa, como Julieta Corroza (La Neuquinidad).
De todos modos, el Presupuesto que se aprobó el viernes pone de manifiesto un plan de gastos e ingresos para el 2026, con un crecimiento económico de 5% del Producto Bruto Interno (PBI); inflación anual de 10,1%; y un dólar que para el Ejecutivo rondará, en diciembre del año que viene, $1.423. Según la Casa de Gobierno, el superávit primario será de 1,5% del PBI; el financiero, de 0,2%. También se estima que las exportaciones aumentarán un 10,6%.
Como fue el debate en el recinto
Por su parte, como miembro informante de LLA, el ex Jefe de la bancada oficialista en la Cámara Alta, ahora su titular es Patricia Bullrich y además preside la Comisión de Hacienda, Ezequiel Atauche (Jujuy), manifestó: “en los últimos 13 años no se había podido cumplir un Presupuesto que tenía un déficit cero y es muy importante generar confianza interna y externa. Eso es algo que este país no tenía hace mucho tiempo”.
En ese punto, el Senador recordó la situación que se encontró el Presidente Javier Milei cuando asumió el 10 de diciembre del 2023, como el Riesgo País “encima de 1900 puntos” y un “30% de deuda pública con vencimiento a un día” a la que calificó como “una boca de intereses que se pudo desarmar con mucho esfuerzo”. Posteriormente adjuntó la pobreza e indigencia y como el Gobierno Nacional, todo esto, según Atauche sacó “a más de 13 millones de personas” de esa situación.
Frente a las dudas que surgieron por el Artículo 12 (potestad de reclamar información a las universidades para determinar ciertos gastos o envío de fondos), Atauche señaló: “el mismo se presentó tanto en la época de los Kirchner como de Macri y hoy lo volvemos a incluir en el Presupuesto”.
De todos modos, el que salió a responderle al Legislador libertario fue el ex Gobernador de Chaco, Jorge Capitanich. Allí apuntó a cuestiones políticas y, más que nada técnicas. De hecho, casi nadie le prestó atención. Su discurso fue bastante extenso y, sobre el final del mismo (discurso) se equivocó en una frase del Martín Fierro de José Hernández, entre otras obras literarias que mostró “Coqui” como guía moral. En ese punto, el Senador chaqueño habló de “coacción y coerción a las administraciones provinciales y municipales” a la hora de la discrecionalidad para derivar recursos.
La opinión del peronismo
Mientras que el que si fue concreto fue el Senador peronista por La Pampa, Pablo Bensusán. Para graficar una preocupación sobre las transferencias a las cajas previsionales, sostuvo que es “el mismo importe asignado para 2023”, y agregó: “se establece, como anticipo a cuenta, sólo para aquellas Provincias que tengan déficit reconocido, provisorio o definido correspondiente al ejercicio 2021 o posterior”. En pocas palabras, que, de las 13 en esta zona, sólo su distrito sería el beneficiado.
Por el lado del Legislador bonaerense de la UCR, Maximiliano Abad indicó que “un Presupuesto aprobado es indispensable para el funcionamiento de la República y para recuperar la credibilidad institucional”. Sin embargo, cuestionó con dureza el Artículo 30 y, sobre eso manifestó: “lo llamo ‘escoba’, porque barre los pisos de inversión en educación y ciencia previstos por Ley. Un piso que no se alcanza sigue siendo una referencia y un rumbo a seguir”.
El enojo del peronismo
La defensa del oficialismo, volvió a ser cuestionada por la Legisladora riojana Florencia López (Justicialistas). En primer término, mostró la “contradicción” entre “la inflación que proyecta el Gobierno de Javier Milei, de 10,1% anual, con la de los últimos meses, que estuvo por encima de los dos puntos”. Y sobre eso agregó: “es mala fe y a propósito”.
Luego de esto, la ex Vicegobernadora, que conoce de punta a punta, lo que implica una Ley de gastos, esgrimió: “con esa inflación proyectada hacia abajo; habrá mayor recaudación y, como no van a estar designadas esas partidas, se va a permitir la discrecionalidad”. La Senadora marcó, con preocupación, que el Ejecutivo envió una Ley con un sistema de bandas que modificó “sobre la marcha” y con “una resolución”, una vez que el texto ya había ingresado al Congreso y que, en Diputados, ni siquiera se adecuó.
Los cierres
Como debut, Corroza (La Neuquinidad), utilizó gran parte de su tiempo en halagar a su mentor y Gobernador, Rolando Figueroa. Continuó la Legisladora salteña Flavia Royón, que fue concreta y tajante: “sin Presupuesto no hay planificación, previsibilidad, inversión, desarrollo, para conducir sus planes de Gobierno”.
“Necesitamos orden financiero”, disparó Royón y resaltó que “acompañar no es callar”: habló de “supuestos macroeconómicos frágiles y, en exceso, optimistas”. Y sobre el final manifestó que la solución acerca de la puja en educación no es “derogar”, sino “tener una propuesta constructiva”.
Por otro lado, el líder del PRO, en la Cámara Alta, Martín Goerling Lara (Misiones), enfatizó en que “el Estado no genera riqueza, sino que administra lo que generan los argentinos”, y reforzó el concepto de la “responsabilidad para gobernar”. Más tarde opinó: “apoyar y dar una herramienta no significa un cheque en blanco. Exige responsabilidad más que nunca, y cumplir los acuerdos con las Provincias y los fallos de la Corte Suprema”.
El respeto a las instituciones
“No se puede imponer. Menos cuando se tienen minorías parlamentarias. Vamos a marcar límites cuando haya atropellos. El respeto a las instituciones no es optativo, es una obligación”, advirtió Goerling Lara.
A su vez, coincidió su par de la UCR, Eduardo Vischi, que direccionó la lupa hacia la “gran inversión social” del Gobierno Nacional y destacó que “es inexplicable” que haya “menos situaciones de conflicto”, si antes “gobernaban los que decían que defendían a los pobres”, en una alusión al kirchnerismo.
Por su parte, el Jefe de la bancada peronista, José Mayans, fue directo a los “250.000 mil puestos de trabajo” que se perdieron y preguntó “de dónde saca los datos” el Gobierno, que revela otro panorama. Lo mismo para la deuda: De acuerdo al formoseño, “era de USD 370.000 millones y hoy es de USD 445.000 millones”. Del mismo modo, mencionó los valores actuales de las canastas básicas para contrarrestar los datos de pobreza y las varias travesías judiciales con las que ya carga el Ejecutivo.
La que finalizó el debate fue Bullrich y lo cerró en términos políticos. “Hoy definimos si la Argentina vuelve a crecer en sí misma”, comenzó, y se refirió a un “punto de partida para refundar una historia emocional”, ya que durante “muchos años” se pasó a “desconfiar, resignarse y vivir en ciclos tóxicos, una y otra vez”.
“El fracaso era el destino. El esfuerzo no valía la pena”, continuó la ex ministra de Seguridad, y denostó las “valijas llamadas ‘obra pública'”. Y evaluó que se “eligió cambiar el método, el sistema”, dejar “los problemas debajo de la alfombra para enfrentarlos” y “volver a sentir que el esfuerzo tiene sentido, que el cambio no es más una palabra vacía”.
De acuerdo a Bullrich, el Presupuesto 2026 “no improvisa, no engaña y no promete lo que no se puede cumplir”. Luego conjeturó que “no había margen para la tibieza”, que “había que ir a fondo, animarse”, y que “gobernar no es pretender”, sino “decidir cuando duele”. Y cerró: “el superávit no es una meta circunstancial, es una regla. El déficit es la línea roja que separa el futuro del desastre”.
