Según los cálculos actualizados, el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) debería subir un 53%, el próximo 1 de mayo. Esto, sin lugar a dudas repercutiría en las naftas, ya que podría aumentar un 8% en CABA y un 7% en Córdoba. De todas maneras, las petroleras le podrían agregar un 2% por la devaluación del dólar. En ese sentido, las mismas insisten que los valores de las naftas continúan retrasados.
En si, el Gobierno sostienen que debe haber una actualización del ICL, lo que significaría una nueva escalada inflacionaria. De acuerdo al Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) sostiene que con un aumento del tributo del monto fijo a $70, el impuesto saltaría de $132 a $202 por litro de combustible. En pocas palabras, representaría una suba del 53%.
Mientras que el titular de IARAF, Nadin Argañaraz sostuvo que si se aplica dicha actualización, el precio del litro de nafta se iría de $837 a $907 en CABA, y en Córdoba de $966 a $1.036. Lo que representaría un 8,3% y un 7,2% respectivamente.
Del mismo modo, también señalan que el aumento fue consensuado en cuatro tramos, que se reflejó en el Decreto 107/22. La Confederación Argentina de Trabajadores y Empleados de los Hidrocarburos, Energía, Combustibles, Derivados y Afines (CATHEDA), manifestó que el Gobierno de Javier Milei podría recaudar más de $3 billones por este impuesto. En pocas palabras, un 0,5% del PBI, como sucede desde el descongelamiento del ICL.
Entre tanto, el dato de recaudación de marzo de AFIP, refleja que en marzo precisamente se recaudó $82.482 millones por combustibles, un incremento nominal de 215%, lo que en términos reales significó una reducción del 18,8% en materia interanual.
Actualización dividida en dos tramos
Por otro lado, la próxima actualización será importante porque se suma la inflación del 2023. Sin embargo, Argañaraz expresó que el ministro de Economía, Luis Caputo podría optar porque esta actualización se aplique en dos tramos subiendo en $35 entre mayo y junio.
“En este punto, el Impuesto se incrementaría un 26,5% en mayo y un 20,9% en junio. Con los valores actuales, implicaría un incremento en CABA de $837 a $872 (+4,2%) en mayo y desde $872 a $907 (+4%) en junio. Mientras que en Córdoba, implicaría un aumento de $966 a $1.001 (+3,6%) en mayo y de $1.001 a $1.036 (+3,5%)”.
Sin embargo, en julio la actualización también será importante, ya que el ICL tendría que ajustarse en base a la inflación acumulada del primer trimestre de este año. En pocas palabras, con dicha actualización, en julio podría subir un 51,6%, elevándose hasta los $306 por litro.
Otra cuestión importante tienen que ver con la evolución real del impuesto del monto fijo a los combustibles entre el año 2018 y la actualidad, en alrededor de los $250 y $300 pesos constantes de abril de este año.
Tras esto, comienza un período de desaceleración de su valor, como consecuencia de la actualización nominal del Impuesto y la inflación de ese lapso: “el valor real mínimo del tributo se dio en el mes de febrero de este año ($38)”.
Más tarde, se dio un sinceramiento y recomposición del valor real del tributo, que en mayo del año pasado debería ser de $191, mismo valor que en abril de este año.
Si tomamos en cuenta, el sinceramiento de este Impuesto, la evolución del valor real del litro de nafta súper en CABA cayó en términos reales un 13%, luego de tocar piso en enero.
Equiparar los precios
En contraste, el sector se mantiene en alerta, ya que la política del Gobierno en materia energética es equiparar los precios de la venta del litro de nafta y el barril de petróleo con los del mercado.
El objetivo es elevar que pagan los consumidores a precios parejos de importación, un precio que estaría alrededor de u$s 1,2 el litro de nafta súper en las estaciones de servicios, lo que significaría cerrar la brecha de entre un 15% y un 20%, entre el valor del precio del barril que se produce acá y el valor internacional, logrando el emparejamiento de precios de exportación para el crudo.
En esa línea, el sector sostiene que los incrementos no podrán tener mayor virulencia como sucedió a comienzos de este año, no sólo por la caída del poder adquisitivo de los consumidores, sino que también por la meta de Caputo de bajar la inflación.
Por último, una fuente del Gobierno estima que no será antes del tercer o cuarto trimestre: “se van a ir buscando los precios de una forma más lenta, pero más acorde al horizonte que aspiramos”.