El final del submarino Bonefish, que se hundió en 1988 como consecuencia de un cortocircuito en las baterías que derivó en su implosión, es similar al del ARA San Juan.
El final del submarino Bonefish, que se hundió en 1988 como consecuencia de un cortocircuito en las baterías que derivó en su implosión, es similar al del ARA San Juan, aunque en el caso del buque estadounidense su tripulación fue rescatada casi en su totalidad, según contó hoy el historiador en temas navales Ricardo Burzaco.
“De los submarinos hundidos en el mundo, se destacan el ruso Kursk sumergido en el 2000; los norteamericanos Scorpion en 1968 y el Thresher en 1963, pero el caso más parecido al del ARA San Juan es el Bonefish, que tuvo un cortocircuito en la batería e implosionó, pero logro salir a la
superficie y se rescató a gran parte de los tripulantes, salvo a tres”, dijo a Télam Burzaco.
El director de la revista Defensa y Seguridad y autor del libro “Submarinos Argentinos”, navegó en el San Juan como civil a finales de 1999.
Burzaco detalló que el submarino Bonefish “era uno convencional como el ARA, se hundió en 1988 pero logro salir a la superficie y helicópteros y embarcaciones acudieron a su rescate”.
El ex vocero de la Armada y actual agregado naval en Estados Unidos, capitán Enrique Balbi, indicó en rueda de prensa que el informe del hallazgo del San Juan “sugiere que podría haber implosionado, colapsado muy cerca del fondo, porque el desprendimiento de escombros es muy acotado” en el área donde fue hallado, a 907 metros de profundidad.
El hundimiento que sorprendió al mundo antes del San Juan fue el del submarino ruso Kursk, que “el 12 de agosto de 2000 tuvo una ruptura en el casco a causa de la explosión de un torpedo y por eso ingresó el agua y se sumergió”.
“El Kursk era un submarino de propulsión nuclear, que finalmente lograron rescatar del mar. Estaba a poca profundidad y eso permitió que se recuperaran el submarino y cerca de un centenar de cuerpos de los tripulantes”, agregó el historiador.
Otro caso fue el de estadounidense Scorpion, que se sumergió con cien hombres en la zona de las islas portugesas Las Azores en 1968 sin que se logre su recuperación, ya que solo se encontraron partes a 3000 metros de profundidad.
“No se sabe lo que pasó, estaba implosionado y la parte de la popa se metió para dentro por la presión y ese submarino no se pudo rescatar”, aseveró.
En el caso del Thresher, también de Estados Unidos, hundido en 1963, con sus 129 tripulantes, “se encontraron sus partes y se sabe que tuvo una pérdida de control y se fue a pique haciendo pruebas”.
“Hubo problemas en sus válvulas y lo encontró la misma misión que encontró al trasatlántico británico Titanic”, hundido en abril de 1912, concluyó Burzaco.