Luego de la media sanción que la Cámara de Diputados le dio a la ‘Ley Bases’, en la cuál esta incluida la reincorporación del Impuesto a las Ganancias y una reforma laboral “light”, que supuestamente negoció el Gobierno con los líderes de la Confederación General del Trabajo (CGT), el movimiento obrero mostró poder de movilización desde Plaza de Mayo hasta el Monumento al Trabajo, en el marco del “Día del Trabajador”.
Siete días del segundo paro general contra el Gobierno de Javier Milei y nueve días después de la histórica Marcha Federal Universitaria, hubo miles de trabajadores que protestaron contra el ajuste que está llevando adelante el Ejecutivo.
De hecho, en conferencia de prensa estuvieron la cúpula de la CGT compuesta por Héctor Daer, Pablo Moyano y Carlos Acuña, junto a otros referentes sindicales. Sin embargo, el líder del gremio de Sanidad se corrió de la reforma laboral: “no se discutió, no se negoció, ni proyecto, ni dictamen de la reforma laboral. No negociamos nada”, expresó previamente a cargar contra el Bloque de la Unión Cívica Radical (UCR), que lidera el Diputado, Rodrigo de Loredo.
Mientras que Moyano señaló que los Senadores de Unión por la Patria (UXP) van a votar en contra de la ‘Ley Bases’ y el Impuesto a las Ganancias: “esta en la conciencia de cada Senador y Senadora. Los vamos a ir a visitar para que voten en contra de este mamarracho”, quién a su vez recordó “el fantasma de la Banelco”. De todos modos, el líder del gremio de Camioneros negó que vaya a reunirse con los Gobernadores de Juntos por el Cambio (JXC).
La marcha de los trabajadores
Ya desde muy temprano, los gremios enrolados en la CGT marcharon hacia el Monumento al Trabajo, ubicado en Paseo Colón, allí se leyó el documento “en defensa de los Derechos Laborales, Sociales, Previsionales y del Modelo Sindical”, pero no hubo discursos grandilocuentes. Es más, los propios referentes sindicales quedaron sorprendidos por la gran cantidad de manifestantes que había.
En contraste, la CGT en estos momentos está jugando a dos puntas, ya que en estos días hubo huelgas de aceiteros, marítimos y distintas facciones de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), que no responden al Consejo Directivo del movimiento obrero, contra el retorno de la cuarta categoría de Ganancias y con el paro general activado, que el Gobierno descarta que se vaya a levantar, más allá del pedido del ministro del Interior, Guillermo Francos.
“Nunca dijimos que se iba a levantar el paro. Queremos ratificar en nombre de los 300 mil trabajadores que marcharon hoy que la CGT no se va a dejar pisotear. El paro del 9 de mayo se ratifica”, manifestó Daer.
En off, algunos de los integrantes del Consejo Directivo cegetista manifestaron que el gremio de Comercio, conducido por Armando Cavalieri, quién a su vez marchó en una nutrida columna mercantil, analizaba la posibilidad de darle una tregua al Gobierno, aunque esa chance es muy lejana aún. Es más, también reconocen que hubo contactos con el Gobierno en estas últimas semanas, en la conducción de la central obrera sostienen que falta una mayor confianza para avanzar en el diálogo.
Por otro lado, en el documento que se leyó, volvieron a apuntar contra el Gobierno por el ajuste: “esto no lo está pagando la casta, sino que lo están pagando los sectores más vulnerables”, además agregaron una frase que utiliza generalmente el kirchnerismo: “La patria no se vende”.
La visita de Axel Kicillof
Entre tanto, previo a la conferencia de prensa por parte de la CGT, la conducción del movimiento obrero recibió al Gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, acompañado por el ministro de Trabajo bonaerense, Walter Correa; el de Gobierno, Carlos Bianco y un puñado de Intendentes, en lo que pareció un mensaje hacia la interna peronista, luego de la reaparición pública de la ex Presidenta, Cristina Kirchner. “El Gobernador vino a saludar aquí a la CGT en nombre de los y las habitantes de la provincia”, sostuvo Daer. Aunque, desde el entorno del líder cegetista fueron menos diplomáticos: “fue un espaldarazo a Axel luego del ninguneo de la señora”.
A pesar del enojo de los referentes gremiales, aceptaron una “modernización laboral”, que no tocó la cuota sindical, aunque sienten un sabor agridulce. Sin embargo, el no acuerdo por el Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) y establecerlo por decreto, volvió a generar diferencias.
De hecho, el documento de la CGT evidenció la falta de diálogo, y además la propia conducción sindical mantuvo una reunión hace algunas semanas con el Gobierno y se abrió la posibilidad de tener un diálogo más fluido. Por ahora encontraron un “puente confiable” con Francos y Santiago Caputo: “el problema es que no partimos del mismo diagnóstico”, dijo Daer.
Por otro lado, la marcha fue multitudinaria, aunque no tuvo comparación con la Marcha Federal Universitaria del martes de la semana pasada. Alrededor de las 10 de la mañana, Independencia era una marea humana con los colores de cada gremio.
El enojo de Camioneros
De verde estaba el gremio de Camioneros, que aceptaron cobrar incrementos paritarios de forma no remunerativa para que el Gobierno sostenga el relato de que no homologa aumentos salariales por encima de la inflación, fueron los que más convocaron: “hoy es un día triste, amargado y caliente”, precisó Pablo Moyano ante las cámaras de televisión.
Los sindicatos coparon la Avenida Entre Ríos hasta el Bajo, y en la intersección con Lima se cruzaban los gremios de Unión Personal Civil de la Nación (UPCN), Sanidad y AYSA.
Del mismo modo, hubo columnas de distintos municipios como La Matanza y agrupaciones que responden a Andrés Larroque; La Patria es el Otro. Entre tanto, sobre Bernardo de Irigoyen esperaban las dos CTA, hasta se hizo presente la columna de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP).
Por último, la izquierda piquetera y el Polo Obrero esperaban sobre Paseo Colón antes de marchar hacia Plaza de Mayo: “se aprobó una reforma laboral, sin la CGT en la calle”, se lamentó el Polo Obrero.