En su reciente obra “El otoño de la Edad Moderna. La restauración de la Tradición Primordial”, el escritor y monje laico de la escuela Drukpa Kagyu de Budismo Tibetano, Julio César Forcat
En ese contexto, propone el desmantelamiento de la metalurgia y la industria y su reemplazo por formas productivas derivadas de la artesanía tradicional y la prohibición de la extracción de metales como el hierro y el uranio porque su utilización por el ser humano conduce a guerras de exterminio, y la vuelta a un modo de vida natural, antiguo y ancestral, donde habrá que hacer grandes sacrificios para reducir la natalidad.
“Si la humanidad actual adquiriera conciencia de la necesidad absoluta de desmantelar las usinas atómicas, la metalurgia e industrias afines, sería posible evitar la guerra atómica y la humanidad pasaría de la época moderna a una sociedad basada en la vida espiritual. El obstáculo más grande que se opone a la adquisición de esa conciencia es la mentalidad antijerárquica que impera en los movimientos ecologistas y alternativos”, sostiene en su obra.
Precisando que “…Esta es la causa por la cual no están en condiciones de comprender el pensamiento espiritual, que es enteramente jerárquico. El pensamiento tradicional condena a las personas que extraen y elaboran metales como el hierro y el uranio y proscribe de la sociedad a los herreros que trabajan el hierro. Estas disposiciones son una expresión del pensamiento jerárquico tradicional”.
“Con respecto a la Tradición Primordial a la que me refiero en mi libro El otoño de la Edad Moderna, destaco que la Tradición Primordial no es algo abstracto o imaginario. La Tradición Primordial existe realmente. Su origen es no-humano y rige secretamente todos los universos posibles a perpetuidad”, afirma Forcat.
Asimismo, explica que “la Tradición Primordial intervino providencialmente en circunstancias históricas críticas. Por ejemplo: en momentos en que la civilización greco-latina se encontraba en estado de aguda decadencia, la Tradición Primordial intervino entonces manifestando a Jesús para reformar la sociedad humana e impedir su disolución. Los así llamados “Reyes Magos” eran representantes de la Tradición Primordial. Según la Biblia de Jerusalén, Bilbao 1975, Evangelio de San Mateo 2, Adoración de los magos: ´Los magos, después de oír al rey (Herodes) se pusieron en camino, y he aquí que la estrella que habían visto en Oriente iba delante de ellos hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el niño (Jesús). Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y postrándose le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra. Y avisados en sueños que no volvieran donde Herodes, se retiraron a su país por otro camino´”.
Y concluye señalando que “también Melquisedek en la Biblia, Hebreos 7:3, es representante de la Tradición Primordial. Su origen es no-humano: ´Sin padre, sin madre, sin genealogía, que no tiene principio de días ni fin de vida´. Según el sabio hindú Bal Gangadhar Tilak la situación geográfica del Centro Espiritual Supremo de la Tradición Primordial estuvo en el Ártico (Véase: The arctic home in the Vedas, Poona 1903). Actualmente la Tradición Primordial se manifiesta a través de los lamas tibetanos con la finalidad de impedir la destrucción de la humanidad mediante la guerra atómica y lograr la paz En mi libro El otoño de la Edad Moderna, Buenos Aires 2021, Ediciones Deldragón, explico el significado de la Tradición Primordial.”.
Julio César Forcat pide a los lectores que ante una duda se comuniquen con él por e- mail [email protected] o por whatsapp +5493413482433.
