En estos días, el Secretario de Seguridad Municipal, Horacio García, opinó en varios medios periodísticos que Mar del Plata está pasando por un momento de importante tranquilidad. No es esa precisamente la mayoritaria percepción ciudadana.
“Nos hemos acostumbrado ya a que algunos funcionarios se expresen con liviandad y un dejo de ajenidad, de las cuestiones que les atañen, pero en este caso, en un tema tan sensible, exigimos respuestas concretas de parte de quienes son responsables del área de seguridad del gobierno municipal. No alcanza con frases de ocasión, slogans o promesas. A casi 20 meses de haber asumido, el Intendente Municipal debe definir un rumbo claro y cierto que, de manera preocupante, hasta hoy no se ve, y se pone en evidencia con estas declaraciones”, afirmó Mario Rodríguez.
Unos meses atrás, el propio Rodríguez planteó que “en el anterior gobierno, marcamos como un error la designación de funcionarios que no eran de la ciudad, como Toty Flores, Agustín Cinto, Hernán Mourelle y otros, cuyas gestiones dejaron mucho que desear; o la injerencia desde la provincia de Joaquín de la Torre, como una especie de contralor del gobierno municipal. Hoy, Montenegro ha cometido el mismo error, nada menos que en el área de Seguridad, designando primero a Darío Oroquieta y luego a Horacio `Totó´ García, y un equipo de colaboradores integrado también por foráneos que desconocen absolutamente la realidad del distrito, y algunos de ellos, encima, han llegado no precedidos por los mejores antecedentes”.
Un especialista en temas de seguridad como Tobías Schleider, ex Director del Centro Municipal de Análisis Estratégico del Delito, considera que “cuando un funcionario o una funcionaria afirma que `bajaron los delitos´, es necesario hacerle, al menos, tres preguntas. La primera, a qué delitos se refiere. La segunda, en qué fuentes se apoya. La tercera, a qué atribuye esa baja. Si quien afirma que `bajaron los delitos´ no contesta a qué delitos se refiere, está diciendo poco menos que nada. Sería como afirmar, en salud, que bajó la enfermedad, poniendo en el mismo conjunto informe a un resfrío y un cáncer. Si quien afirma que `bajaron los delitos´ indica a qué delitos se refiere, pero no su fuente, sus dichos no tienen entidad como información: la realidad delictual se mide a partir de datos diversos, con métodos distintos y de valor relativo. Sin precisión no hay conocimiento. Finalmente, si quien afirma que `bajaron los delitos´ responde a qué delitos se refiere y la fuente de sus dichos, aún tiene que justificar a qué se debe esa (supuesta) mejoría. Las de correlación y capacidad son nociones que es necesario distinguir también en políticas públicas”.
“Reiteramos una vez más que hay en nuestra ciudad personas realmente idóneas y con conocimiento de la problemática en el territorio, a las cuales consultar para diseñar una política de seguridad sostenible en el tiempo, que ojalá encuentren un ámbito donde expresar sus saberes”, sentenció Rodríguez.