El video de un vecino de la Zona Roja, que se viralizó a través de las redes sociales, registró una de las tantas disputas de trans, que se desarrollan desde hace ya 25 años en el sector comprendido por los barrios Don Bosco, Los Andes y Sarmiento. En este caso la reyerta tuvo lugar en horas de la madrugada de este lunes, en la Avenida Luro y Malvinas, exacerbando los ánimos reinantes.
La pulseada entre el oficialismo y la oposición tras el archivo del proyecto de relocalización, impulsado por el concejal Lauria, enreda a los vecinos del sector en un juego político, donde por un lado las huestes del intendente Guillermo Montenegro intentan recuperar el terreno perdido, durante la semana pasada, por la grieta interna, que hizo naufragar el pliego de licitación del transporte público. El cual contemplaba una infraestructura onerosa, cuyo costo recaería en los bolsillos del usuario, y dejaba abierta la posibilidad para que empresarios judicializados continuarán, durante más de 20 años, con la prestación de un servicio deficiente y extorsivo.
A lo cual, por otro lado, se sumó la estocada de la oposición, que con sus argumentos, cargando las tintas en la vulnerabilidad del colectivo trans, lograron el efecto de encolerizar a los vecinos de la “Zona Roja”, encolumnándolos detrás de un petitorio, lanzado hace dos días, en change.org, para exigir el desarchivo del proyecto de relocalización del flamante presidente de la bancada oficialista Vamos Juntos.
Por su parte, el secretario de Seguridad Horacio García, en la comisión de Política de Género, que preside la edil kirchnerista Sol De La Torre – quien censuró la utilización, en el debate, del termino zona roja por ser “discriminatorio” -, se cuidó al igual que la subsecretaria de Derechos Humanos, Daniela Zulcovsky, de no comprometer, con sus opiniones, la postura de Montenegro, que tampoco está clarificada.
“Todos los vecinos del barrio me dicen que todos los trans son narcotraficantes, no hay prueba en contrario y me parece que eso es una falta grave a una persona que tomó una decisión de vida, que puede ser a lo mejor la menos ajustada a nuestro parecer”, deslizó el titular de la cartera de Seguridad en la comisión. Añadiendo que “en Buenos Aires se lleva adelante la actividad en los bosques de Palermo, donde se hacen actividades deportivas, la gente va y los enamorados se regalan rosas, evidentemente, hay que tomar con realismo esto, como lo hacen en Holanda”.
Y ante las insistentes preguntas de los ediles del Frente de Todos acerca dónde pensaba que era el lugar adecuado para trasladar la denominada Zona Roja, tras varios intentos de esquivarle el bulto, García contestó : “Busquemos un lugar donde exista la menor cantidad de vecinos, y sí es posible que no existan vecinos próximos”.
En un año electoral, el debate en torno a la problemática de los vecinos sitiados en la Zona Roja por el narcomenudeo y las reyertas de madrugada, no augura mejores resultados que los obtenidos a lo largo de estos 25 años. Pues parece que el debate no puede despojarse del oportunismo y la especulación política, con las cuales tanto tirios como troyanos parecen más enfocados en posicionarse ante la elección de renovación parcial del Concejo Deliberante, que en resolver, sin pruritos ni reservas, ésta y tantas otras problemáticas que aquejan y condicionan la vida cotidiana de la ciudadanía de General Pueyrredón.